Lumen Mariae

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El Anticristo de nuestros días

Virgen de Guadalupe

Corazón de Jesús

El Gran Milagro

Infiltración en la Iglesia

El Reino de la Paz

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El Anticristo es:

1. Un ungido, un cristo, un alma consagrada en la Iglesia Católica;

2. que guía a un pueblo extraño dentro de la Iglesia, un pueblo que no son los hijos de Dios; un consagrado que engaña a las almas;

3. y lo hace con el poder del Espíritu de Satanás: es el precursor de Satanás.

El tiempo del Anticristo es ahora. El tiempo de los precursores del Anticristo ha finalizado. Desde hace dos años, el Anticristo se manifiesta dentro de la Iglesia Católica. Todavía en oculto, pero guiándolo todo con sus instrumentos en la Jerarquía.

El Anticristo en «un astro de una esfera sobrenatural» (Valtorta – 20 de agosto 1943); es decir, un Obispo, un consagrado, un ungido. No pertenece al mundo, aunque tiene el espíritu del mundo. Pero no es un gobernante, ni un rey, ni un hombre importante por su dinero o por su poder: «No un astro humano que brille en un cielo humano» (Valtorta – 20 de agosto 1943).

Es un Ungido, otro Cristo, pero falso, que ha caído en lo más bajo del pecado: «El Anticristo, por soberbia de una hora, se convertirá en el maldito y el oscuro después de haber sido un astro de mi ejército…» (Valtorta – 20 de agosto 1943). Y se dedica a las obras de su padre: «obtendrá la ayuda completa de Satanás, el cual le dará las llaves del pozo del abismo para que lo abra. Pero lo abrirá del todo para que salgan los instrumentos de horror…» (Valtorta – 20 de agosto 1943).

El Anticristo es el de esta hora, pero no es el de la última hora. El Anticristo de esta hora es el precursor del Anticristo del último tiempo: «Maitreya es el anticristo de esta hora, como para el pueblo judío fue Antíoco IV Epifanes (1 Mac 1, 41-64), y como lo fue Nerón para los primeros cristianos… y ahora para los últimos cristianos de esta Era Mesiánica, que sois vosotros, es el Maitreya o instructor del mundo, como él prefiere llamarse… Después de los mil años del Reino de la Paz, cuando Satanás sea soltado de nuevo (Ap 20, 7-10), aparecerá el último Anticristo que será Satanás en forma humana, que extraviará a todas las naciones… pero el Señor Jesús lo matará con el aliento de su boca, destruyéndole con la manifestación de su Venida (Ap 2 Tes 2, 6-112,3-4 y 8) y esta venida será la última, como juez de vivos y muertos» (Pequeña Alma, España 2001)

El Anticristo es, por tanto, un Obispo, Cabeza de la Iglesia, pero que guía a un pueblo extranjero dentro de la misma Iglesia. Pertenece a la Jerarquía infiltrada, la introducida en la Iglesia por la masonería. Y obra, dentro de la Iglesia, para llevar a las almas al fuego del infierno. Es un jefe de tropas extranjeras, de hijos de los hombres, que protege las cosas del mundo, la vida de los hombres, sus obras, sus proyectos; que pone el amor al prójimo por encima del amor a Dios. Es el protector de la fraternidad satánica. Es el que encauza la doctrina del demonio acorde a los tiempos, a la cultura de los hombres, a los ideales de los hombres. Es el instructor del mundo.

No es Satanás en forma humana: ése será el último Anticristo. El de ahora, es la encarnación del espíritu del Anticristo, pero no es Satanás en persona. Es un hombre dedicado al espíritu de Satanás. El último anticristo será la misma persona de Satanás en un hombre, imitando así la Encarnación del Verbo.

El Anticristo es un espíritu de fraternidad, de comunicación social, de proyecto humano, de legislación mundial. Es un espíritu que quiere conducir a todos los hombres hacia la unidad en un ideal humano de fraternidad.

«Sí, hijo mío, pequeñín mío y nuestro, éste es el falso Mesías que tenéis entre vosotros haciendo su campaña y muchos de mi Iglesia ni lo han oído nombrar… muchas religiones o sectas están esperando un Mesías o Libertador, los musulmanes están esperando al Himan – Mahdi… en la India esperan a Kali… en el Tibet al futuro Buda… los judíos que no quisieron reconocer mi resurrección, me están esperando todavía, y los cristianos esperan mi Segunda Venida… pues bien, el Maitreya será el Mesías ideal para todos aquellos que no conozcan bien mi Doctrina Católica y mi Evangelio, y son muchos millones en el mundo. Aunque el Maitreya tiene sus contradicciones bien claras para cualquier cristiano bien instruido; éstos son una pequeña minoría en comparación. Y si de los cristianos dejamos solo los católicos, que son los elegidos, y de éstos a todos los que viven en la verdadera fe… comprenderás hijo mío que serán muy pocos en comparación con las multitudes que creerán en el Maitreya. Ahora parece que no, pero las cosas cambiarán mucho, y será bien acogido y escuchado por las masas… Así pues, el falso Mesías es el Maitreya y el falso Profeta es el Antipapa, de esta Gran Tribulación… y los dos viven bajo vuestros cielos y están entre vosotros» (Pequeña Alma, España 2001).

Es el Antipapa el precursor del Anticristo, pero no es el Anticristo. El Anticristo no aparece como Papa, sino como líder mundial, con una doctrina que es para todos, no sólo para la Iglesia Católica. Por eso, las prisas de Francisco de abrirse al mundo y que todas las iglesias entren en la Iglesia Católica. Está preparando el terreno para su maestro, el Anticristo. Las masas siguen a hombres que les hablen lo que ellos quieren escuchar y, por tanto, no atienden a la Verdad del Evangelio. Engañan a la gente con la misma Palabra de Dios: «Pero ellos, los que aspiran a implantar un solo gobierno mundial, que lo controle todo… utilizan como estrategia el Mandamiento segundo del amor al prójimo, para poner al hombre en el lugar de Dios… y hacerse como Dios ellos mismos: Primero: políticamente, lo cual han logrado ya plenamente, pues en todos los estados del mundo, salvando unos poquitos que no cuentan para ellos, los gobiernos y sus leyes son ateos y anticristianos, comenzando por los que siempre han sido tradicionalmente Católicos…» (Pequeña Alma, España 2001). El mundo, ya pertenece al Anticristo; ya está empapado de esta falsa doctrina de la fraternidad, del amor al hombre por encima de la ley de Dios. Es más importante conceder al hombre lo quiere en la vida, que mostrarle la Voluntad de Dios sobre su vida.

Por eso, «Segundo: Una vez que todas las legislaciones, al menos escritas en el papel, miren y se dirijan al bienestar y protección del hombre sobre la tierra, la protección de los derechos humanos y de los más pobres… todo esto bien publicado y predicado con algunos gestos espectaculares e insuficientes de solidaridad humana… se pensará y ya se está pensando, que Dios no es necesario para nada… ni habrá que rezarle ni pedirle algo, pues es un mito… sino que es el hombre quien lo puede todo con su esfuerzo, unidad y constancia… como los de la torre de Babel… Si uno se pone enfermo tendrá asistencia médica y hospital… si tiene hambre y frío, tendrá ropa, comida y un techo que se lo dará el gobierno… ¡pero a cambio de qué?… de ser marcado por la Bestia con el 666, incluido en un número de barras con el que reniegas de tu fe cristiana… Lo primero, lo han vivido ya en Rusia millones y durante muchos años antes de la caída del muro de Berlín… lo segundo de la marca, lo viviréis muy pronto… ¡Claro está! que no serán todos los habitantes del planeta los que piensen así como os he dicho arriba… pero sí será la gran mayoría, y esta sociedad que ha creado el hombre moderno, funciona por las mayorías, pues las minorías no cuentan más que para hacer las mayorías, y si no es así, se desprecian o marginan» (Pequeña Alma, España 2001).

«El Anticristo sale de Egipto» (Mary Jane Even, Lincoln, Nebraska, 1994), pero es «de extracción judía, de la tribu de Dan, será circuncidado» (San Anselmo, Bec, Francia, 1093). «Tenía 30 años cuando en Junio de 1996 empezó su predicación mundial. La nación judía exalta al Anticristo como el Mesías Judío profetizado en el Antiguo Testamento» (Mary Jane Even, Lincoln, Nebraska, 1994). Ahora, tiene unos 48 años. Un Obispo de esa edad, pero que no se revelará como el Anticristo, vestido de Obispo, sino sin el vestido, porque viene para todo el mundo. No se va a presentar con el líder de una religión, como un Obispo, sino como el que enseña y el que guía hacia la verdad a todos los hombres de todas las religiones. Él «reconstruirá a Jerusalén y el Templo Judío, en el que se instalará como Dios. Igualmente, empezará su trabajo de seducción entre los judíos, que lo aceptarán como el Mesías» (San Anselmo, Bec, Francia, 1093). Y, por eso, es necesario destruir los fundamentos de la Iglesia: quitar los dogmas, las verdades, las tradiciones, el magisterio auténtico.

Para que el Anticristo aparezca, «habrá una gran crisis dentro de la Iglesia, y el Anticristo se sentará en la sede del Papa» (A María Concepción Méndez H, Ladeira, Portugal, 1973). La crisis ya ha comenzado; el cisma ya está abierto. Y todo apunta a que el falso Papa pondrá la Iglesia en manos del Anticristo. Francisco es el inicio de todo esto. Sólo el inicio.

Habrá un Antipapa que proclamará «al Anticristo Maitreya como el Cristo de la Nueva Era… Se convertirá en el líder mundial con sus diez cabezas de Estados, hasta llegar a liderar el gobierno mundial único, la economía mundial única, y la religión mundial única. Ofrece soluciones a los peligrosos conflictos militares en curso, a los problemas ecológicos intratables, y los graves desequilibrios de distribución de ingresos entre las naciones» (Mary Jane Even, Lincon, Nebraska, 1994).

«El Anticristo de estos días, concretado en una sola persona como líder de Satanás es el Maitreya, que ya está entre vosotros hace tiempo haciendo su campaña y esperando el momento oportuno para hacer su aparición pública y mundial por todos los medios de comunicación principales: el Día de la Declaración, como él le llama. Es el impostor más descarado que podáis haber conocido en toda vuestra vida, pero ésta impostura sólo la descubrirán los cristianos que estén bien catequizados, porque los ignorantes de mi Palabra y Doctrina, lo verán y tomarán como el enviado en estos momentos para salvar el mundo de la gran crisis por la que pasa… Hasta el falso Papa lo nombrará como Profeta del Tercer milenio. Ya os dije en el Evangelio que: “… Se levantarán falsos Mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si fuera posible, aun a los mismos elegidos” (Mt 24, 24). Dentro de mi Iglesia de los mismos bautizados… aprovechará esta Gran Apostasía en la que estáis y donde mis Ministros han descuidado la predicación de estos momentos expresados en los Evangelios, para presentarse como el Mesías y Cristo, el Salvador de esta humanidad… usará mis Palabras y dirá que Yo fui uno de sus discípulos… pero lo conoceréis porque él hablará siempre de sí mismo, a pesar de que nombre al Padre Eterno. Creedme, muchos creerán en él» (Pequeña Alma, España 2001).

Muchos ya creen, dentro de la Iglesia, las fábulas que Francisco predica. Y son facilísimas de ver: hasta un niño puede entender que ese hombre está en la Iglesia para su negocio humano, pero no para llevar la Cielo a nadie.

Francisco ha puesto el camino para el Anticristo. Pero falta lo principal: romper la Iglesia. «Hijo, solamente te digo que antes del momento de la Gloria, debe venir el terrible reino del Anticristo. El Anticristo reinará por tres años y medio, y pondrá fin a la Santa Eucaristía» (Raymond Shaw, Georgia, 1990). Hay que quitar el Amor que sostiene al mundo, para que no se caiga en el precipicio de la condenación. Y Cristo será olvidado por todos, porque la gente va a creer que Cristo, de nuevo, se pasea como un hombre por el mundo.

«Atraerá a la gente dándole completa libertad de dejar de observar todos los mandamientos divinos y eclesiásticos, perdonándole sus pecados y exigiendo que sólo crean en su divinidad. Despreciará y rechazará el Bautismo y el Evangelio. Dirá que Jesús de Nazaret no es el Hijo de Dios, sino un impostor… Dirá, yo soy el salvador del mundo y tratará sobre todo de convencer a los judíos que él es el mesías enviado por Dios, y los judíos lo aceptarán como tal. Sin embargo, tratará de trastornar todo orden en la tierra con sus leyes morales. Por consiguiente, las Sagradas Escrituras se refieren a él como el «desenfrenado»… Desechará toda ley moral y principios religiosos, para atraer el mundo hacia él. Concederá libertad total de los mandamientos de Dios y de la Iglesia y permitirá que todos vivan según sus pasiones… Se esforzará por hacer que la religión sea conveniente. Dirá que no es necesario ayunar ni amargarse la vida con renunciación… Será suficiente amar a Dios… Predicará el amor ilícito y destrozará los vínculos familiares… sostendrá que el pecado y el vicio no son pecado ni vicio…» (Santa Hildegarda, Alemania 1179).

Todo esto ya lo estamos apreciando en todas partes, incluso dentro de la Iglesia. 50 años demoliendo la Verdad, poco a poco. Dando una espiritualidad sin la Verdad, con muchas mentiras encubiertas, abriendo el camino para introducir el espíritu del Anticristo. Era necesario eso para ablandar a los hombres a ese espíritu, imitando lo que el Anticristo hace en el mundo: «el Maitreya emplea en sus mensajes al mundo un lenguaje y argumentos que contiene un poco de todo… de forma que para todos tiene unas notas y palabras claves de sus doctrinas respectivas… de mi Evangelio toma frases, palabras e ideas, que hace suyas propias, así como de los Mensajes Marianos, motivo por el cual mi Santa Madre y Yo, no hemos hablado antes tan claro como ahora al final, para que no se anticipe y os confunda más de lo permitido por el Padre… pues lo copia y utiliza sin escrúpulos, para sus fines.

De esta forma, con sus palabras suaves y cautivadoras de la serpiente antigua, y junto con los falsos prodigios y milagros que hará con el poder de Satanás, dado por mi Padre… seducirá a las masas incautas e ignorantes de esta juventud mundial que en su mayoría no tiene ni encuentra ideales justos y santos… y lo seguirán… porque será el “Mesías” esperado y deseado por la mayoría…» (Pequeña Alma, España 2001).

«Está a punto de llegar; conquistará el poder durante un período de caos mundial. El Papa Negro y el Anticristo reinarán juntos» (John Leary , Rochester, N.Y. 1993). Pero, el Señor da signos antes de ese reinado:

«La llegada de una sociedad sin manejo de dinero efectivo será la preparación para la toma de control de parte del Anticristo. Les estoy dando una advertencia, hijos míos, sobre cómo los computadores pueden ser fácilmente utilizados para manipular gente y su plata. Tengan cuidado cuando demasiado poder apoyado en los computadores estén en manos de unos pocos. Verán una centralización creciente respecto al control sobre alimentos y dinero. Cuando estas fuerzas converjan, estarán fundamentando el control del Anticristo. Cuando llegue al poder no busquen su paz ni sus mecanismos para comprar y vender. Pronto verán un llamado a toda la población para recibir el chip de computador para que se puedan registrar en el computador mundial, la “Bestia”. La Advertencia (el Aviso) vendrá antes de la transición de poder para que puedan saber en verdad que están escogiendo entre Satanás o Yo» (John Leary, Rochester, N.Y., 1993).

«Por un tiempo el lado maligno se mostrará atractivo a los sentidos humanos y su poder de sugestión llegará al máximo, pero tienen que saber que estarán escogiendo entre el estar conmigo o contra Mí. No va a haber campo intermedio. Y será una decisión impostergable. Pero una vez que tomen la marca de la Bestia, caerán en sus redes para ya no estar nunca más conmigo. Tengan en cuenta las implicaciones de la decisión. Parece sencilla pero los puede llevar a la eterna tortura del infierno. La humanidad tendrá un tiempo para escogerme a Mi o al Anticristo» (John Leary, Rochester, N.Y., 1993).

Hay que irse preparando para lo peor, porque todo ha comenzado ya en la Iglesia: se verán cosas inauditas, que antes no se pensaban. Pero todos se han unido para dar al Anticristo las llaves y el poder de la Iglesia.


11 comentarios

  1. ana dice:

    Per don,en el comentario de Juan Pablo he dado a la manita contraria!!!quería afirmar lo q comenta!!!Gracias Josephmaryam

  2. Matias Esteban dice:

    Gracias por la paciencia, Padre.

    La Santísima Trinidad lo bendiga.

  3. Juan Pablo dice:

    Gracias otra vez a LUMEN MARIAE por su habitual generosidad en las respuestas de los lectores, que hace de cada respuesta otro artículo en sí mismo. No se guardan nada. Rezaré por Uds (al Dios Católico).

  4. Matias Esteban dice:

    Padre: entonces, Adan, conservo su cuerpo y su alma, pero el Espíritu de Dios que en el habitaba, al desobedecer el mandato de Dios, fue ocupado por otro «espíritu», el del demonio: por lo tanto, todas sus pensamientos y obras, dejaron de estar orientadas a Dios, dejaron de ser divinas, para ser hijas de la carne, del mundo, del demonio.

    ¿Por eso la necesidad de las oraciones exorcistas en el bautismo?

    ¿Podría imaginar al alma, como mi conciencia?

    • josephmaryam dice:

      La conciencia es diferente al alma. En su alma está su entendimiento humano y su voluntad humana. Con su alma, usted piensa como hombre y obra como tal. Sin su alma, usted no es hombre, sino sólo un cuerpo. Y un cuerpo sin alma no tiene vida alguna. La vida del cuerpo es el alma.
      Pero la conciencia es el sagrario de Dios, es la voz divina, diferente al alma y al espíritu.
      El Espíritu es la esencia derramada de Dios en el hombre: lo divino en el hombre. Dios se da al hombre en el espíritu. Y el espíritu es tres cosas: espíritu humano, corazón y gracia. En su espíritu humano está su persona. Usted es persona, no sólo una naturaleza humana, compuesta de alma y cuerpo.
      El hombre, por ser semejanza a Dios, tiene persona como Dios la tiene. El hombre tiene una persona que se relaciona con su alma y con su cuerpo. En Dios, las Tres Persona se relacionan en la Esencia Divina.
      En su corazón, está el amor del Espíritu, la obra del Espíritu, el movimiento de Dios. Dios mueve su corazón y usted comprende, en su alma, con su inteligencia, esa moción. Usted la siente en su interior, en su naturaleza humana.
      Y en la Gracia, está la Vida Divina, el conocimiento de lo que es Dios en su perfección.
      Todo esto es el Espíritu, que Adán perdió y se convirtió en una naturaleza humana sin el Espíritu Divino y, por tanto, sin espíritu humano, sin corazón y sin gracia. Adán lo fue recuperando todo eso, en su tiempo. En la medida que iba arrepintiéndose de su pecado. Pero el mal ya estaba hecho.

  5. josephmaryam dice:

    Para el que quiera leer el mensaje de Francisco, aquí tiene el link:
    http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130728_gmg-celam-rio.html

    En este mensaje, está delineado todo su pensamiento sobre la fe, sobre la misión en la Iglesia y sobre la Iglesia.
    1. Sobre la fe: Francisco necesita hacer memoria de lo que Dios ha hecho en la historia y ponerlo en el hoy, pero siguiendo los esquemas de su razón humana, que sólo ve al hombre: su ciencia, su cultura, sus problemas, etc. Francisco habla de su fe humana, que no es la fe de un católico. Y es la que mucha Jerarquía tiene en su cabeza. Como así se piensa la fe, entonces todo queda anulado por este pensamiento. Y, de esta manera, se ataca a todo lo tradicional, todo lo dogmático y se clama por una reforma interna de la Iglesia. Así habla un protestante: de reformas, de cambios. Pero un seguidor de Cristo, uno que es de la Iglesia Católica habla de las reformas del corazón, del alma, del espíritu. Habla de la lucha contra el pecado y contra el demonio. Habla de la práctica de las virtudes, de la constante vida de oración y de penitencia. Pero, en todo su discurso, Francisco se fija en lo exterior: los problemas económicos, políticos, sociales, etc., para atacarlos según su lenguaje humano: «Esta conversión implica creer en la Buena Nueva, creer en Jesucristo portador del Reino de Dios, en su irrupción en el mundo, en su presencia victoriosa sobre el mal; creer en la asistencia y conducción del Espíritu Santo; creer en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y prolongadora del dinamismo de la Encarnación.» Esta frase es una herejía y ,aquí fundamento todo su discurso. Porque la conversión no es creer en la Buena Nueva, ni en Jesús como el que lleva hacia el Reino, ni en el que irrumpe en el mundo, ni en el que ha triunfado sobre el mal. Convertirse es dejar de ver al hombre, de mirar al hombre, de estar esclavo de las criaturas, para mirar a Dios. Es dejar el pecado para iniciar la nueva vida de Dios, que se da en la gracia.
    Esto es la conversión. Y, por tanto, la fe inicia cuando el alma se convierte, deja su pecado. Pero la fe no inicia cuando se va a predicar el Evangelio. Se predica el Evangelio para que el alma se convierta. Y, una vez convertida, comienza la vida de fe, comienza la vida de la Iglesia.
    La conversión no es creer en Jesús portador del Reino. Este modo de hablar es de los testigos de Jehová. Así hablan ellos. Jesús no porta ningún Reino. Jesús es el Camino hacia la Verdad, que todo hombre tiene que vivir, para estar en el Reino de Dios, que es la Vida Divina.
    Hay que creer en Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida. Pero si se creen otras cosas, entonces, se hace demagogia, como lo hace Francisco.

    2. Y, por eso, al hablar sobre la misión, dice tamaña barbaridad:«la posición del discípulo misionero no es una posición de centro sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias… incluso las de la eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de “periferias existenciales” des-centra, y habitualmente tenemos miedo a salir del centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales». Este lenguaje es el propio de su comunismo. Hay que buscar el bien común. Luego, hay que irse a las periferias, hacia las clases sociales, hacia los pobres, hacia las periferias de la eternidad. ¿¿??. Como si la eternidad tuviera periferias, tuviera límites, tuviera medidas. En la eternidad no hay periferias, porque todo es uno. Todos miran a Dios, pero no desde la periferia, sino desde el mismo Dios. En la eternidad, Dios es en todo, pero no todo es Dios. Cada uno tiene su lugar, su estado, pero sin periferias, sin discriminación, sino en la perfección de la vida divina. Francisco es que no sable hablar de nada, de ninguna verdad. Él vende su producto: su lenguaje humano. Y todos lo compran a buen precio.No saben discernir nada. Jesús no envía a las periferias de la vida. Jesús no lucha por una clase social, que es lo que quiere decir este hombre. Jesús lucha por salvar las almas. Y no otra cosa. Jesús va en busca de las almas, pero no de las clases sociales.

    3. Y, por eso, dice su herejía sobre la Iglesia: «La Iglesia es institución pero cuando se erige en “centro” se funcionaliza y poco a poco se transforma en una ONG. Entonces, la Iglesia pretende tener luz propia y deja de ser ese “misterium lunae” del que nos hablaban los Santos Padres. Se vuelve cada vez más autorreferencial y se debilita su necesidad de ser misionera. De “Institución” se transforma en “Obra”. Deja de ser Esposa para terminar siendo Administradora; de Servidora se transforma en “Controladora”. Aparecida quiere una Iglesia Esposa, Madre, Servidora, facilitadora de la fe y no tanto controladora de la fe». Es que la Iglesia no es una institución humana, sino el Cuerpo Místico de Cristo. Y aquel que no vive esta verdad: la de ser miembro del Cuerpo de Cristo. Aquel que quiere ser un miembro fuera del Cuerpo de Cristo, sin obedecer a la Cabeza, que es Cristo, entonces habla como lo hace este hombre: habla de una organización humana que, claro, por ser humana tiene sus errores. Pero es que la Iglesia es un Cuerpo Divino, no una comunidad de personas humanas. Y si algo falla en la Iglesia es la Jerarquía que quiere vivir en la Iglesia con su soberbia. Y el problema de que la Iglesia se vuelva una ONG es por el comunismo de Francisco. Él habla en contra de lo que muchos hacen en la Iglesia, pero para poner su comunismo, su ONG. Él combate a la Iglesia con la mentira de su palabra, queriendo quedar ante los demás como el que sabe lo que está diciendo. Y hay muchos problemas en la Iglesia, pero no se solucionan por el camino que pone Francisco.

    Su camino, él lo dice bien claro: «Se ignora la “revolución de la ternura” que provocó la encarnación del Verbo. Hay pastorales planteadas con tal dosis de distancia que son incapaces de lograr el encuentro: encuentro con Jesucristo, encuentro con los hermanos. Este tipo de pastorales a lo más pueden prometer una dimensión de proselitismo pero nunca llegan a lograr ni inserción eclesial ni pertenencia eclesial. La cercanía crea comunión y pertenencia, da lugar al encuentro. La cercanía toma forma de diálogo y crea una cultura del encuentro». Esta es su principal herejía: la fraternidad masónica. Bien claras son estas palabras de este hereje. Está negando la Obra de la Encarnación del Verbo. Jesús se encarnó para dar un beso y un abrazo a los hombres: una ternura, una vida humana, una vida social una vida económica, una felicidad a los hombres. Esa es su revolución de la ternura. Si Jesús se hubiera encarnado para redimir al hombre, entonces hablaría de misericordia y de justicia. Como Jesús se encarnó para ser humano, todos los hombres se salvan porque son muy buenos. Y, por eso, el diálogo y el encuentro con todos los hombres.
    Es una pena lo que es la palabra de Francisco: habla para condenar a las almas. Y cuantas almas están con una venda en sus ojos sin capacidad de discernir la sencilla verdad: Francisco no es Papa, sino un usurpador del Trono de Dios en la tierra, que es la Verdad de Su Iglesia.

  6. josephmaryam dice:

    El Señor dice, en su Palabra: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre» (Jn 14, 13).
    Si me amáis, entonces existe un abogado. Pero si pecáis, entonces no existe ningún Abogado.
    Es lo que hace Francisco todos los días: contar su cuentos chinos a la gente que tiene oídos sólo para escuchar herejías y blasfemias. Gente que no discierne la verdad porque entra en el juego del lenguaje humano, donde ya no hay verdad, sino la que cada uno se inventa con su mente.
    Francisco tuerce el Evangelio constantemente, y predica su gran mentira. Y la Jerarquía sigue aplaudiendo esa gran boca de maldad, que se sienta en la Silla de Pedro, sólo para llevar almas al infierno.
    No se puede seguir a este hombre. No hay manera de limpiarle sus babas. Es una maldición y un gran castigo para los hombres y para la Iglesia.

  7. Matias Esteban dice:

    Padre: estoy confundido, estoy leyendo en el Catecismo, la Iglesia nos enseña que somos cuerpo, espíritu y alma; no comprendo la diferencia entre el espíritu y el alma, creía que eran los mismo. (Catecismo de la Iglesia Católica / 362)

    Y por otro lado, he leído en un mensaje privado, que el Maitreya/Anticristo (Ave María purísima…) no tendrá alma…¿que significaría esto?

    PD si alguna persona caritativa, me puede enseñar a citar el Catecismo, se lo agradecería.

    • josephmaryam dice:

      Alma y espíritu son dos realidades diferentes en el hombre.
      El hombre es imagen de Dios: tiene un alma;
      el hombre es semejanza de Dios: tiene un espíritu.
      En el hombre, lo más importante es el espíritu, no su alma.
      La naturaleza del hombre es: alma y cuerpo. Un alma que se une sustancialmente al cuerpo. Un alma que exige un cuerpo para poder obrar y vivir.
      Pero un hombre, sin espíritu, no es capaz de amar a Dios, no es capaz de vivir una vida espiritual. El hombre, sin espíritu, es sólo hombre: alma y cuerpo.
      En el alma está la inteligencia y la voluntad del hombre. Pero Dios no puede estar en el hombre si no pone su Espíritu.
      Dios, al crear al hombre, no sólo crea su alma, sino que le da su espíritu. Y el espíritu es la perfección del hombre. El alma no perfecciona al hombre. Con su inteligencia, el hombre llega a una perfección natural, humana, pero no espiritual, no sobrenatural. La fe es imposible sin el espíritu. La fe no es para el alma. El hombre soberbio es el que se inventa su fe con su alma, con su inteligencia humana y con sus obras humanas. Pero el hombre humilde es el que vive la fe que Dios pone en su espíritu, en su corazón.
      El espíritu no es el alma, no pertenece a la naturaleza del hombre; sino que es un regalo de Dios al hombre para que sea espiritual, para que no sea como los animales. El hombre, en su alma, sin espíritu, es como un animal, pero inteligente. Pero sigue siendo un animal. La diferencia esencial entre el hombre y los demás animales está en el espíritu.
      El perro tiene una inteligencia sensible: conoce de manera sensible. El hombre, sin espíritu, conoce de manera racional. Y, en su racionalidad, es más perfecto que el perro. Pero, si no tiene espíritu, el hombre es peor que el perro. Así los vemos en muchos hombres, que siendo inteligentes, que teniendo una mente privilegiada, sin embargo, son peores que los animales: homosexuales, lesbianas, mujeres que abortan, hombres que pasan sus vidas sumidos en el alcohol, drogas, etc.
      El alma no perfecciona al hombre. El hombre no es santo porque es perfecto en su inteligencia. No es signo de santidad. No es signo de distinción con las demás especies.
      Es el espíritu la clave del hombre. Con el espíritu, el hombre posee la mente de Dios, la sabiduría divina.
      Y es, por eso, que Satanás, en el Paraíso, atacó al hombre. No ataca a los demás animales, sino a la perfección del hombre: su espíritu. Y hace que Adán le dé una humanidad sin espíritu divino, pero con alma. Los hijos de los hombres que no pueden salvarse, porque no poseen el espíritu. Hijos de la carne, sólo para engendrar carne. Y, por eso, el diluvio. Una humanidad que no servía, que era maldita, que era la ganancia del demonio en el pecado de Adán.
      Pero esa humanidad, que se dio a partir de Caín, destinada al infierno, no significa que esas almas estaban predestinadas al infierno; sino que cada hombre, en esa humanidad, tuvo la prueba de recibir el espíritu para poder salvarse; como la tuvo Caín, antes de cometer su pecado, que le impedía recibir el espíritu.
      El Espíritu es el que salva al hombre, el que hace hijos de Dios. Es el espíritu, no es el alma del hombre.
      Y, en la muerte de Cristo, en Pentecostés, el Señor da de nuevo el Espíritu al hombre, pero por la Gracia, por el Sacramento, en Su Iglesia.
      Lo que Adán tenía cuando Dios lo creó: el Espíritu (y que perdió en su pecado); el hombre lo vuelve a tener, pero no por creación, sino por gracia.
      Y, por eso, la necesidad de bautizar a los niños, para que reciban el Espíritu y puedan salvarse. De otra manera, sólo serían hijos de los hombres, hijos de la carne.
      Y el hombre, una vez que recibe el bautismo, tiene que pasar su vida perseverando en la gracia para no perder el Espíritu. El pecado contra el Espíritu Santo consiste en eso: el hombre, en ese pecado, impide recibir al Espíritu; y, por tanto, se queda cono hombre, como hijo de hombre. Ya no puede arrepentirse para recibir la gracia y el Espíritu.
      No conocemos ese mensaje privado. Hay que leerlo para ver qué cosa está diciendo.

  8. maria ines dice:

    Padre: lo que no entiendo(perdone mi tanta ignorancia) es, por que . despues de los mil años, de tantos sufrimientos pasados en la purificacion, Dios soltara otra vez al demonio….por que volver a dejar al hombre a merced de la terrible tentacion del demonio.no se supone que ya se habra legado a esos cielos nuvos y tierras nuevas ??que lugar cabe para el enemigo de Dios en este lugar y para que dejarlo libre y nuevo sufrimiento para el sr humano.desde ya muchas gracias
    PD: esta pregunta nos las hacemos varias personas creyentes.

    • josephmaryam dice:

      La razón es sencilla: lo que el hombre perdió por su pecado en el Paraíso y que pertenece al demonio. La perdida del hombre es la ganacia del demonio.
      Tres edades, tres tiempos tiene la vida del hombre sobre la tierra:
      1. desde el pecado de Adán hasta el diluvio;
      2. desde Noé hasta el primer anticristo;
      3. los mil años hasta el juicio final.
      1.En la primera etapa, es el tiempo de la Justicia de Dios, porque el pecado de Adán dio al demonio una humanidad para él. Y había que purificar esa humanidad con el diluvio. En esa purificación, la carne del hombre todavía permanece sujeta al demonio. No está del todo íntegra, como en el Paraíso.
      2. En la segunda etapa se da al hombre la fe y el camino, que es Jesús. Pero la carne del hombre sigue siendo carne. El espíritu es el que mantiene al hombre en la verdad de su humanidad. Ya la carne no tiene el poder que poseía en el primer tiempo. Aun así, el hombre, con su soberbia, llega a crear una humanidad para el demonio, en el laboratorio, con su medicina, con su ciencia, con su técnica. Y esto impone un segundo castigo del Señor, no sólo al mundo sino también a Su Iglesia.
      3. Después de este castigo, en el que el demonio tiene su ganancia (porque se lleva muchas almas, que poseen la Gracia pero que viven de espaldas a Dios), debe iniciarse el proceso para que la carne del hombre sea espiritual, como en el Paraíso. Es el tiempo del Espíritu, en el que el hombre aprende a ser hijo de Dios en todas las cosas de su vida, no sólo con las de su corazón. La parte animal, carnal, material; la vida humana se vive siguiendo al Espíritu. Se llega al Reino Glorioso de Cristo, en el que la muerte será la última cosa que se quite. La muerte es por el pecado de Adán en el Paraíso:por engendrar una carne que no es para el hombre, sino para el demonio. Esa carne exige la muerte, porque no es pura, como Dios la creó, sino híbrida, trastocada. En el Reino Glorioso, la humanidad llega a lo que tenía en el Paraíso. Llega a la perfección del Paraíso. Y, por tanto, Satanás tiene que mostrarse en la carne, en el hombre, en esa perfección. Ahora, no se muestra así, pero sí su espíritu, que lleva al hombre a la perfección del pecado en su mente humana.
      Lo que observamos, en estos tiempos, es la manera cómo el demonio guía a los hombres, en sus mentes, para creerse dios en ellas: es el culto a la mente del hombre. Pero no se puede dar la encarnación real de Satanás, porque la carne del hombre no está purificada. Pero sí se da la encarnación del demonio en la mente del hombre.
      La Gracia da al hombre la perfección de la Mente de Dios.
      El demonio hace lo contrario: imita a Dios, pero en lo inverso: se inventa una doctrina para dar al hombre la perfección en el mal en la mente.
      Y, sin embargo, esa perfección en el mal no es definitiva, no es absoluta, porque la humanidad está en el proceso hacia el Paraíso, que todavía tiene que tardar otros mil años más.
      Se es hijo de Dios por gracia y por generación. En el reino glorioso, se llega a ser hijo de Dios también por generación. Y, entonces, el demonio muestra sus hijos de Dios también por generación. Se muestra él mismo en el hombre, en la carne perfecta del hombre. Será un tiempo perfecto en lo espiritual, que ahora no se puede comprender porque el hombre vive en un carne maldita.

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