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La renuncia del Papa Benedicto XVI no fue válida

Primera parte: la renuncia del Papa.

Francisco no es papa, sino que es un falsificador del papado. Es un engañador de las mentes de los hombres. Es un hombre que miente, cada día, en la Iglesia.

Francisco no es el sucesor de Pedro, sino que es un títere comunista puesto por el demonio para confundir a toda la Iglesia. Francisco es confusión.

Las razones por las cuales Francisco no es Papa son sencillas.

El Papa Benedicto XVI no fue claro con la Iglesia en su renuncia. Es decir, no dio la verdadera razón de su renuncia, que es: que su vida corría peligro, que lo querían asesinar.

El Papa Benedicto XVI se bajó de la Cruz y dejó a la Iglesia en manos de traidores.

Y él sabe muy bien que los que están ahora en el Vaticano son traidores, pero tiene que ser diplomático con ellos para proteger su vida. Hay que poner cara de buenos amigos, una sonrisa con todos, callar la verdad porque su vida pende de un hilo.

Si el Papa calló la verdadera razón de su renuncia, sino que la ocultó – y la Iglesia se merece esa razón porque él es Cabeza; él no es cualquier jefe en el gobierno; él representa a Cristo; él es el Vicario de Cristo; y la Iglesia es el Cuerpo de Cristo- ; si el Papa esconde esa verdad a la Iglesia, poniendo a la Iglesia en un gran peligro, entonces no es válida su renuncia ante Dios.

Son dos cosas muy importantes:

primero: se calla la verdad; se oculta;

segundo: la Iglesia queda en un grave peligro para su vida espiritual; que es estar en manos de traidores.

Por estas dos razones, se invalida la renuncia del Papa Benedicto XVI.

No se puede renunciar cuando el peligro es grave para la Iglesia.

En las actuales condiciones de la Iglesia, un Papa tiene que mantenerse en el Papado, porque se debe al bien espiritual de toda la Iglesia.

Y si su vida corre peligro, entonces debe huir de ese peligro, huir de Roma, pero sin renunciar al Papado.

Un Papa se debe a la Iglesia, no a su vida humana.

Un Papa es para la toda la Iglesia, no es para el pensamiento de los hombres.

Su renuncia no es válida ante Dios, que es lo que importa en la Iglesia si queremos ser Iglesia.

Dios tiene que dar Su clara Voluntad. Dios no quiere que Su Iglesia esté en manos de traidores. Eso no es Voluntad de Dios.

Si las circunstancias de su renuncia hubieran sido otras, en donde no hubiera grave peligro espiritual para toda la Iglesia, entonces, la Voluntad de Dios sería clara en la renuncia.

Pero la Iglesia vive, desde hace 50 años, un desmantelamiento de la verdad dentro de Ella.

Y por eso nadie se puede bajar de la Cruz porque su vida humana peligra, cuando la vida espiritual de muchas almas en la Iglesia son más importantes que el bien humano de la vida del Papa.

Un Papa tiene que velar por todas las almas en la Iglesia; por la vida espiritual de cada alma en la Iglesia. Ésa es su misión: proteger a cada alma de los peligros para su vida espiritual.

El Papa Benedicto XVI no fue humilde en su renuncia. No puso a Cristo en medio de la Iglesia. No miró a Cristo; el bien de Cristo. Que son la salvación y la santificación de todas las almas. Cristo viene para salvar almas.

Un Papa no puede dejar de ser Papa cuando las almas van a quedar en un camino de perdición, en un camino peligroso para su salvación y su santificación.

El Papa Benedicto XVI se miró a sí mismo. No miró a Cristo y por tanto no atendió a la vida espiritual de cada alma en la Iglesia. Se bajó de la Cruz. Y sólo por eso, sigue siendo Papa.

Y no se puede elegir a otro Papa viviendo el Papa verdadero.

Si se elige a otro Papa, automáticamente ese hombre no es Papa. Será un falso Papa, un antipapa, un falso profeta, un anticristo. Lo que sea, menos Papa.

Se es Papa hasta la muerte.

Dios no quita el don. Lo que da Dios, el hombre no puede quitarlo. El hombre puede suplantarlo, anularlo de muchas maneras. Los dones de Dios son irrevocables, son para siempre. Y Él sólo los puede quitar del alma.

En el caso del Papado, un Papa es hasta la muerte. El Papa tiene que morir para que los hombres puedan elegir a otro, en la acción del Espíritu.

Por tanto, en la elección de los Cardenales, no hubo la acción del Espíritu. Un Cónclave sin Espíritu Santo. Un Cónclave lleno de hombres para elegir sólo a un hombre. Hombres que han elegido a un hombre, no a un representante de Cristo, no a un Vicario de Cristo.

Y esos hombres han puesto en la Silla de Pedro a un traidor a la Verdad, que es Cristo, y a la Obra de la Verdad, que es la Iglesia de Cristo.


4 comentarios

  1. Monica Valenzuela dice:

    De acuerdo en todo lo que escribe con usted padre, me gustaría poder escribirle un mail.
    Soy laica consagrada al Corazón de Jesús…recibo mensajes de El desde el 2006 y los paso a personas de mi entorno que desean saber.
    No tengo pag. web. ni deseo publicidad personal y los sacerdotes que tengo cerca no son de mucha ayuda…me escuchan y luego me dicen que lo guarde en mi corazón.
    Imagino que deben de haber muchas personas que Jesús les habla alrededor del mundo en la misma situación que yo, y necesitamos una guía una dirección.
    Agradezco su atención
    Mónica

    • josephmaryam dice:

      Si necesita consultar algo, escriba al email de la página ¿quiénes somos? y se le contestará.

  2. la paz sea con todos me entero de ustedes me gustaria saber que opinan ustedes de Martin Lutero y Juan Calvino

    • josephmaryam dice:

      Lo que dice la Iglesia: son herejes y demonios, creadores de una iglesia que da culto al hombre. Están los dos condenados por la Iglesia. Y no hay que opinar más.

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